Humo House se encuentra en un despejado natural dentro de un terreno largo que culmina en un lago. Rodeada de árboles altos y arbustos densos, la casa está situada en un entorno que crea un efecto desorientador, donde es difícil percibir el contexto lejano. El único indicio de la presencia del lago es la dirección del flujo de un pequeño río que bordea la propiedad. Esta conexión íntima con la naturaleza y la vegetación densa proporciona un sentido de aislamiento y tranquilidad, características esenciales para un refugio de descanso.
Diseño Arquitectónico: Articulación de la Dualidad Doméstica
El diseño de Humo House se estructura en torno a un cubo de 11 metros, dividido en dos mitades a lo largo de dos de sus caras. Este concepto inicial da lugar a la articulación de una serie de pares opuestos que definen la organización espacial de la casa. Las dos fachadas más grandes se abren hacia las vistas lejanas del lago y el entorno natural, mientras que las más pequeñas son casi ciegas, protegiendo la entrada ubicada en una esquina inferior. Este contraste en la apertura de las fachadas refleja la dualidad entre el espacio privado y el público, que es un tema recurrente en todo el proyecto.
En el interior, las áreas públicas se concentran en una mitad del cubo, en un espacio abierto de doble altura que fomenta la interacción y la convivencia. Aquí, una larga mesa hecha de un tronco de alerce caído domina la planta baja, sirviendo tanto como mesa de comedor como unidad de cocina. Este elemento central no solo es un punto de reunión, sino que también establece una conexión material con el entorno natural, integrando la arquitectura con el paisaje de manera simbólica y funcional. En contraste, los espacios íntimos se distribuyen en tres niveles en la otra mitad del cubo, proporcionando una intimidad discreta para los propietarios y sus invitados, sin perder la sensación de comunidad que caracteriza a la residencia.
Organización Espacial: Independencia en la Convivencia
Las dos habitaciones principales se encuentran en el primer piso, una para cada propietario. Las puertas enfrentadas y el pasillo compartido permiten un equilibrio entre la intimidad y la independencia, lo que es esencial para una pareja que ha vivido separada durante tanto tiempo. Este diseño refleja una cohabitación separada, donde cada individuo tiene su propio espacio privado, pero con la posibilidad de interacción y conexión cuando lo deseen. En el segundo piso, una sala de estudio se abre hacia el espacio de triple altura inferior, creando un sentido de apertura vertical que contrasta con la compresión horizontal del cubo en su conjunto. La geometría del techo, con una inclinación que varía rápidamente de un lado a otro, contribuye a esta experiencia espacial dinámica, generando un juego de alturas y volúmenes que enriquecen la percepción del espacio.